El centro

Qué jodidamente difícil nos resulta dejar de ser el centro de atención por unos días. Sobretodo si siempre nos lo permiten ser sin que nos cuestionarnos porqué...

A veces tenemos la fea costumbre de enfadarnos cuando no somos el culo del universo. Nos lo merecemos tanto, no nos preguntamos ni siquiera como sería posible dejar de serlo. Mientras nos cuidan y agasajan somos lo mejor y por lo tanto los cuidadores y agasajadores también, pero ¡Ah, amigo! Que nunca dejen de hacerlo pues merecen que se les corte la cabeza... ¿Cómo se atreven a ser ellos los necesitados? ¿Quién les ha dado permiso para dejar de idolatrarnos y ser ellos los que necesiten de nuestras atenciones? ¡Qué poca consideración...!

Cómo nos gusta a los seres humanos ser el puto culo del Universo...