Es mágica.
Es necesaria y es lo que nos permite vivir en paz con nosotros mismos y con los demás.
Lo que me lleva a preguntarme sobre la necesidad de ciertos seres por intentar cohartar la de los otros.
No pido más que que te mantengas lejos de mi libertad, allí donde empieza la tuya y acaba la mía, no des un paso más, si no es con mi permiso. No quiero compartime contigo y contigo sólo me apetece hacerlo un rato. Déjame en mi espacio, tranquilo, pues yo no invado el tuyo en ninguna forma.
Que morboso gusto le encuentras a enfurecerme... Y no es una pregunta: sí, tú, ¿qué gusto le encuentras a enfurecerme? Aún cuando ni te enteres, ni te importe o simplemente, sólo lo desees, pero nunca llegues a saberlo a ciencia cierta.
No siempre lo consigues, pero a veces, lo haces. Incluso en la lejanía. En el espacio y el tiempo. Hasta en el recuerdo. ¿Cómo lo consigues? Y yo, ¿por qué maldita razón me dejo efurecer?
A veces me siento y hablo conmigo mismo, hasta encontrar la paz, la harmonía y la respuesta a todas mis preguntas. Me levanto, oigo tu voz, noto tu presencia, siento ruido que sólo puede provenir de ti, presiento que piensas en mi, aparece tu imagen en mi mente y mi libertad se desintegra... Cristales esparcidos por todo el lugar que se mantienen suspendidos en el aire, para que pueda cortame con ellos mientras mi disgusto crece y se convierte en ira. Y toda mi libertad desaparece.
Me gustaría que desaprecieras de mi mente, de mi vista, de mi vida. Pero insistes.
Qué asco...
La verdad es que la libertad es mágica...
Entonces, ¿a qué viene intentar jorobar la de los demás...?
Dedícate a lo tuyo, a ser un ser inútil, a ser un ser infantil, a ser un ser perfecto, a ser alguien que ha llegado muy alto en la vida, a ser alguien que ha recibido todo sin ningún esfuerzo, a manipular a otros que quieran ser manipulados, a ser un parásito, a ser un ente retorcido y lleno de maldad, a ser perverso y disfrutarlo, a encontrar tu tranquilidad, que no paz, en la intranquilidad de los otros, pero por favor, deja de joderme. Jode a otros que se quieran dejar joder por ti. Siempre hay quien desea sufrir, pero yo no lo necesito. No me interesa para nada sufrir por ti.
Al final YO invadiré tu libertad, por más atrofiada que esté, para demostrarte que es molesto que te jodan tu libertad. Simplemente porque no se me ocurre otra forma de que te des por aludido, pero en el fondo no me interesas lo suficiente como para que me esfuerce tanto por ti. Quizás me interesaste, o quizás nunca lo hiciste, pero me molestas.
Por favor, y por enésima vez: Cuando tengas ganas de acercarte a mi, para intrdcuirte en mi espacio, reconsideralo y piensa si vas a sacar lo que esperas de mi, o simplemente, vas a cabrearme y tú vas a seguir igual de vacío que siempre. Y si crees que la respuesta del vacío es la correcta, apuntate a un cursillo de macramé y deja mi camino tranquilo. Por muy mierda que te parezca, es mi mierda y me molesta que nadie la toque.
Desaparece, te lo ruego.
Gracias de antemano.